Cuidar de personas mayores es una tarea hermosa que requiere paciencia, cariño y mucho respeto. Tuve la oportunidad de cuidar a mi abuela, quien padecía Alzheimer, y esa experiencia me enseñó el verdadero valor de acompañar con amor y comprensión.
Soy una persona fuerte, joven y empática, con la energía necesaria para ayudar en las tareas diarias y la sensibilidad para ofrecer compañía y atención. Creo que cada persona mayor merece ser tratada con dignidad, escuchada y cuidada con dedicación.
Me encantaría poder brindar mi apoyo a quienes necesiten una presencia tranquila, responsable y de confianza en su hogar.