Elena, ayuda a personas mayores - 08205 Sabadell

Los plus de Elena

Hola, soy una mujer de 37 años. Tengo un hijo de 5 y estoy separada. Vivo en Sabadell, pero tengo coche para desplazarme.

Me ofrezco como acompañante de ancianos o personas dependientes o con alguna discapacidad. No puedo ser interna porque comparto la custodia de mi hijo, pero puedo hacer horas en fines de semana si hace falta.

Por mi formación, se me da muy bien hablar de lo que sea, de libros, películas... puedo leerle, puedo charlar sobre lo que la persona desee, puedo buscarle cosas entretenidas en Internet, puedo jugar a juegos de mesa, hacer crucigramas o lo que sea; cualquier hobby es positivo.

Soy extremadamente empática, lo cual no siempre es bueno para mí, ya que percibo cómo se sienten los demás aunque no los conozca. Pero a la vez es muy bueno para crear vínculos y ayudar a las personas cuando no sabe cómo expresar su malestar, o cuando quieren llorar y simplemente ser consoladas, ya sea en silencio o con palabras. Respeto los tiempos y sentimientos de las personas.

Sé que algunas personas mayores no desean ayuda externa; la mayoría lo siente como un ultraje, y lo comprendo porque mis abuelos pasaron por ello. También sé lo que es que una persona se sienta irritada e impotente al perder sus facultades físicas o mentales y se enfade con quien le cuida; creo que los familiares merecen un respiro de esos momentos de explosión, y los cuidadores estamos para hacernos cargo de un poco de toda esa carga emocional, que a veces es abrumadora y que hace que se sienta una mezcla de emociones muy agotadora y que desgasta mucho.

Por supuesto, la parte emocional no es la única, aunque sea muy importante. Por lo cual ofrezco apoyo físico (aseo personal, para ayuda para vestirse, etc.), apoyo en las tareas del hogar (mantener el lugar limpio, que huela bien, que el entorno sea agradable, respetando los objetos y el orden preestablecido de la persona, que a veces es estricto), mantener la ropa limpia, hacer la cama cada día, cuidar las plantas (puede ser algo estimulante para el paciente), dar paseos si el tiempo y el estado físico del paciente lo permiten, ir a comprar lo que sea necesario, hacer la comida (no soy una chef pero me apaño bien), si hay mascotas, cuidarlas e integrarlas en la rutina diaria, porque eso ayuda a tener objetivos...

En definitiva, me ofrezco como un apoyo más en la tarea compleja que es cuidar y proporcionar dignidad a personas que ya no pueden valerse por si mismas (sean o no personas mayores). Soy positiva y alegre, por lo que, por lo que a mí respecta, la vejez o las enfermedades degenerativas, aunque impliquen muchas veces una depresión, pueden vivirse de modo que haya pequeños momentos de felicidad. Sería para mi un honor acompañar a alguien en su camino de esa manera, tratando de alegrar y facilitar sus días.