Hola, me llamo Jennifer , tengo 35 años, soy diseñadora Industrial, empresaria y me caracterizo por ser amable, servicial y cuidadora. Me gustan las conversaciones profundas, el buen trato, los animales, los viajes y reflexionar sobre el entorno en que me encuentre.
Desde siempre he vivido con personas de la 3ra edad, mis padrinos-abuelos, los recuerdo desde siempre con cabello blanco, elegantes, de buena educación, formales y cariñosos en su actuar. Me enseñaron demasiadas cosas que hoy aplico en mi vida diaria, el respeto, la disciplina y el amor por hacer el bien al prójimo. Tuve la oportunidad y el gran reto de cuidar hasta su deceso, por más de 3 años a mi Padrino Luis Eduardo, un hombre muy trabajador que al final de su vida con 92 años, pudo tener una lucidez y unas ganas de vivir impresionantes sin importar sus enfermedades.
Ofrezco un acompañamiento ameno, tengo mucha paciencia, buen tono para conversar y tolerancia para cuidar tanto a hombres como mujeres que sean adultos mayores y necesitan de una persona para desplazarse o simplemente para sentirse acompañados.
Actualmente vivo en la calle Otero, muy cerca de la avenida Bruselas, en el barrio Salamanca
| Sueldo deseado | 7,00 € neto a la hora |
Hola! mi tarifa está basada en la experiencia que tuve con mi amado padrino abuelito, al cual cuidé por más de 3 años, ya que en su última etapa de vida, tuvo varias enfermedades que le impidieron seguir llevando sus rutinas de forma independiente. Mis funciones junto a él fueron acompañarlo a citas medicas, reclamar medicamentos, acompañarlo en hospitalizaciones, estár con él en urgencias dentro y fuera de las clinicas, organizar y darle sus medicamentos, etc. Los adultos mayores se vuelven en ocaciones niños que necesitan de mucha paciencia y tacto para ayudarles a ver la vida de una forma más amena, sin importar en el momento en que se encuentren.
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Tarifas
| Sueldo deseado | 7,00 € neto a la hora |
Hola! mi tarifa está basada en la experiencia que tuve con mi amado padrino abuelito, al cual cuidé por más de 3 años, ya que en su última etapa de vida, tuvo varias enfermedades que le impidieron seguir llevando sus rutinas de forma independiente. Mis funciones junto a él fueron acompañarlo a citas medicas, reclamar medicamentos, acompañarlo en hospitalizaciones, estár con él en urgencias dentro y fuera de las clinicas, organizar y darle sus medicamentos, etc. Los adultos mayores se vuelven en ocaciones niños que necesitan de mucha paciencia y tacto para ayudarles a ver la vida de una forma más amena, sin importar en el momento en que se encuentren.