Siempre me ha gustado ayudar a las personas, y más si estas tienen necesidad de apoyo y comprensión. Creo que todos llegaremos a una edad avanzada, y considero que es aquí cuando hay que ayudar a las personas que, cuando éramos pequeños, nos ayudaron sin esperar nada a cambio y con todo su ánimo y corazón. Las personas mayores, en su amplia mayoría, siempre tienen algo que ofrecer en su inmensa sabiduría y es un placer pasar tiempo con ellos aprendiendo, siempre hay algo que aprender.
No es el dinero, es el tiempo invertido y la gratitud de la persona el mejor pago que uno puede recibir. Hay que tener en cuenta que no es solo lo que se hace, es el tiempo y las ganas invertidas lo que hace que el resultado sea lo mejor posible.