He trabajado de cuidadora con una mujer de 79 años ingresada en el hospital de Bellvitge . Los ultimos años de su vida estuvo con oxígeno.
Se le tenia que dar la comida, bañarla, cambiarla, ayudarla a caminar y pasar largos ratos charlando.
Fue una experiencia muy hermosa, aunque se tiene que tener temperamento y consciencia de que la edad a veces hace estragos en la mente humana.
Paquita, que así era su nombre sufria de momentos de ausencia donde entraba en ataques de paranoia y no reconocia a nadie.
Con esto quiero decir que soy capaz de lidiar con situaciones complicadas siempre con una sonrisa en la cara.
Considero que dependería en su mayoría de la distancia que me tenga que desplazar para desempeñar la tarea que se precise. Me adapto bastante