Cristina, paseador de perros en Figueres

Cristina estuvo cuidando de mi hija Mariona desde que tenía 5 meses, y durante un año y medio mientras yo trabajaba. Me sentía sumamente tranquila de dejarla en sus manos, dado que se ocupaba de ella como si fuese hija suya. Conocía sus gestos de sueño, de malestar, la colmaba de abrazos y besos... acabó siendo un miembro más de nuestra pequeña familia, y la niña la quería con locura (incluso conseguía cosas que yo no lograba, como que se comiera la fruta o cortarle las uñas...). La recomendaría 100% seguro y sin dudarlo, por su profesionalidad, amabilidad y dulzura. No es fácil separarse de un hijo, pero, de tener que hacerlo, ella es la mejor opción, sin duda! (De no haber sido las circunstancias como son, no hubiese tenido que prescindir de ella... se la echa de menos).